La mente elige lo que los ojos contemplan. Interpreta el significado de lo que vemos, ella decide si es deseable o indeseable, placentero o doloroso, agradable o desagradable. Y ¿De dónde viene ese significado? Ese significado viene de nuestra jerarquía de valores.
La mente clasifica la información que recibe, a través de los ojos, según sus valores preconcebidos y determina que lugar es apropiado para cada dato sensorial. Con ello busca coherencia. La función de la mente es buscar coherencia entre sus creencias y la realidad.
Cada persona ha adquirido unas determinadas creencias, dependiendo de sus experiencias personales, de su educación, de su entorno cultural, etc.
Según el último informe demográfico de las Naciones Unidas (2017), en el mundo hay 7550 millones de personas, con lo que podemos imaginar cuántas percepciones distintas pueden existir sobre una misma cosa. Lo interesante de esto es que para cada una de esas personas su percepción es su realidad, pues su mente, ese elemento maravilloso que le permite vivir y sobrevivir en el mundo, se encarga de darle sentido al entorno que observa, conforme a sus creencias.
Sin darnos cuenta, observamos sólo lo que se ajusta a las categorías preestablecidas de nuestra mente y así, lo que todavía no está preestablecido no lo consideramos. Por ello muchas veces alguien ve algo de una manera totalmente distinta a nosotros y nos cuesta comprenderlo, no encaja en nuestro mapa mental.
Y ¿qué hago si la forma que tengo de percibir las cosas no me hace sentir bien? Pues simplemente cambiar la percepción. Pero ¿se puede cambiar la percepción? ¡Por supuestísimo que sí! Recordemos el famoso ejemplo del vaso medio lleno o medio vacío. Se trata de focalizar la atención en lo que nos hace sentir bien. ¿Qué nos hace sentir bien la parte medio vacía o la parte medio llena? Ahí entra nuestra elección, podemos elegir conscientemente a donde vamos a dirigir nuestra mente, simplemente focalizando la atención en lo que nos hace sentir bien.
Podemos elegir conscientemente nuestra percepción. Podemos elegir conscientemente una nueva percepción.
¿Te resulta interesante? ¡Compártelo!
Deja una respuesta