Personalidad crea realidad personal

La Personalidad Crea la Realidad Personal

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Según el neurocientífico Joe Dispenza, la personalidad crea la realidad personal. La personalidad es lo que pensamos, sentimos y cómo actuamos. Y si nuestra realidad personal viene determinada por nuestra personalidad… ¿quiere decir esto que si no nos gusta la realidad que estamos viviendo tenemos que cambiar nuestra personalidad? Según Dispenza eso es justo lo que hay que hacer.

Pero ¿cómo podemos hacer esto?

La palabra cambio, generalmente, nos provoca sensaciones encontradas. Sensaciones que van desde el entusiasmo hasta el miedo. Y es que la palabra cambio implica normalmente algo desconocido y lo desconocido nos provoca cierta dosis de resistencia.

¿Por qué las personas solemos poner resistencia al cambio?

Analicemos esta cuestión en profundidad…

Los seres humanos pensamos y actuamos, un 95% del tiempo, guiados por programas inconscientes preestablecidos en nuestra mente. Estos programas inconscientes están formados por creencias.

 Una creencia es un pensamiento que se piensa una y otra vez hasta que se guarda en la mente. Como pensamos que las creencias son verdades no somos conscientes de que son creencias. Esto nos lleva a vivir nuestra vida como si las creencias fueran verdades que representan la realidad. Muchas de estas creencias ni si quiera son nuestras, las hemos escuchado y dado por ciertas en nuestra más tierna infancia.

El conjunto de las creencias es lo que da forma a las percepciones.

Si observamos bien no tardamos en descubrir que nuestras percepciones están basadas en un conjunto de creencias adquiridas en el pasado, es decir, nuestras percepciones están basadas en el pasado. Solemos ver el mundo a través de las lentes del pasado.

Ver el mundo a través de las lentes del pasado nos proporciona ciertas “ventajas”. Con estas lentes somos capaces de prever el futuro, podemos anticipar situaciones, podemos anticipar peligros. Pero ¿qué ocurre cuando anticipamos peligros imaginarios?

La mente no distingue entre el miedo que le tenemos a un tigre y el miedo que le tenemos a una discusión. Esta, en ambas ocasiones, envía señales al cerebro para que libere una serie de sustancias químicas que permitan al cuerpo huir o luchar. Estas sustancias químicas son hormonas que se liberan en situaciones de estrés.

Por ejemplo, cuando anticipamos una discusión el cerebro comienza a actuar igual que si la estuviéramos viviendo. Se pone en modo de alerta, en modo estrés. Planteamos la peor situación para poder prepararnos para lo peor y poder “sobrevivir”. La mente da la señal al cerebro para que libere las sustancias químicas adecuadas y así poder garantizar la “supervivencia”. Nuestro cuerpo se llena de sustancias químicas que no se van a utilizar ni para huir corriendo, ni para luchar. Ahora el cuerpo se las tiene que arreglar para lidiar con esas sustancias, que muchas veces terminan generando enfermedades.

Este es el precio que pagamos por anticipar situaciones poniéndonos en lo peor. Este es el precio que pagamos por querer controlar y predecir el futuro.

¿Qué ocurriría si no miráramos a través de las lentes del pasado? Evidentemente no podríamos predecir, nos enfrentaríamos a lo desconocido, a la incertidumbre, nos enfrentaríamos al cambio.

Para cambiar nuestra personalidad podemos empezar por echar un vistazo a qué es lo que hemos estado pensando y lo que hemos estado haciendo. Al observar nuestros hábitos podemos darnos cuenta de cómo hemos estado actuando y de cuales son los pensamientos que nos han llevado a hacerlo. Así, podemos tomar conciencia de cómo está siendo nuestra personalidad. Con este conocimiento ya sólo nos queda dar el paso más importante…. Empezar a actuar y pensar de manera diferente a como lo hemos estado haciendo hasta ahora.

Comenzar a actuar y pensar de manera diferente supone dar un paso hacia el camino de lo desconocido, más allá de nuestros condicionamientos y creencias inconscientes. El cambio supone dejar de predecir, dejar de basarse en el pasado, soltar el control y permitir la evolución hacia un futuro nuevo y desconocido. El cambio supone aumentar nuestro cupo de experiencias y sabiduría. Nos permite seguir aprendiendo, implica darnos permiso para cometer errores, ya que son los errores los que despiertan las capacidades creativas de nuestras mentes y nos proporcionan sabiduría a través de la experiencia. El cambio nos permite conocernos más a nosotros mismos.

Si no nos gusta la realidad personal que estamos experimentando en este momento, ahora ya sabemos que en nuestras manos está la posibilidad de cambiarla.

 

«Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados»

Albert Einstein

 

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